Los niños pueden entrar en la meditación muy fácilmente, sin embargo como en todo, tiene que ser porque ellos así lo quieren, no sé les puede obligar, sin embargo si se les puede invitar para que conozcan la meditación y poco a poco se vayan familiarizando con este espacio.
La meditación para niños es más como un juego, que puedan disfrutarlo, no como un trabajo u obligación que tengan que cumplir. A nadie le gustan las imposiciones. En cambio si conviertes la meditación en un juego para él, poco a poco empezará a gustarle y el mismo será el que pregunte ¿Cuándo vamos a jugar a la meditación?
Es importante que cómo papá o mamá empieces a meditar si quieres llevar a tu hijo a este espacio, pues nadie puede dar lo que no tiene.
Y el simple hecho de que tu comiences a meditar, crea esa atmósfera meditativa que será fácilmente percibida por tu hijo. Los niños son sumamente sensibles y así como pueden absorber nuestras emociones también pueden absorber nuestra meditación.
Y por último recuerda que cada quien tiene su propio ritmo de aprendizaje, tal vez para ti sea muy rápido pero para tu hijo un poco más lento, simplemente respetalo y ten paciencia que los resultados siempre llegan.
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